El desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) y la expansión de internet han cambiado la estructura de los negocios y la forma de hacer las cosas. En el sector turismo se han adoptado las TIC con una tendencia creciente a futuro debido a la transformación digital, ya que cambia la forma en que las personas viajan y, por lo tanto, cómo opera el sector turismo (Reinhold, Zach & Laesser, 2020).
Las pymes, reconocidas por ser proveedores de oportunidades de trabajo, no son ajenas a estos cambios (Matsinhe & Kabanda, 2019). No todas las pymes han incorporado las TIC para optimizar sus procesos, en especial la del comercio electrónico (CE), a pesar de que pueden beneficiarse del incremento de productividad.
En cuanto a la facturación global del CE, ésta continúa creciendo constantemente en alrededor del 11% en el año 2019, y en el caso de América Latina concentra solo el 2% (Ecommerce Foundation, 2019). Por otro lado, el sector turismo es un verdadero motor mundial de crecimiento económico y de desarrollo. De esta manera el turismo contribuye a mejorar la vida de millones de personas y a la transformación de comunidades enteras (Organización Mundial del Turismo, 2019). El CE presenta ventajas tales como la reducción de los costos por transacción, el incremento de la velocidad y eficiencia de las operaciones.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que este ofrece, el índice de adopción de CE en las pymes, especialmente en países en desarrollo, es bastante bajo en comparación con la adopción en las grandes empresas (Rahayu & Day, 2015). La mayoría de las pymes desconocen cómo una inversión en CE podría beneficiar sus negocios y proveerles del soporte que necesitan para alcanzar las metas deseadas.
La adopción es el proceso por el cual atraviesa un individuo, desde la primera vez que escucha sobre una innovación hasta el momento en que la adopta (Rogers, 2010). Entre los factores que han sido mencionados como habilitadores del CE, en pymes de turismo, podemos mencionar: presión de agentes externos, la utilidad percibida, la facilidad de uso percibida, la preparación tecnológica, las habilidades en TIC de los empleados, la preparación organizacional, la capacidad de gestión y el apoyo del gobierno (Bayona & Estrada, 2020). Estos factores pueden ser categorizados en factores individuales, organizacionales, ambientales y tecnológicos.
